CINESCOPIO: Christopher Nolan

Por: Iván Uriel Atanacio Medellín

 

Christopher Nolan explora desde su fuerza visual, nuevas formas de plasmar las imágenes en movimiento mediante la innovación del guión cinematográfico que posiciona la emotividad por encima del sentimiento, y que de alguna forma, logra conectar la intensidad de los sucesos con lo sensible, para hacer de la oscuridad ominosa y a la vez expectante de la salas de cine, una luz de asombro y expectativa constantes al proyectarse su obra. Desde que “El Seguidor” 1997 emergiera en los circuitos de culto a finales de la década de los 90, el acecho por cada nuevo proyecto del director nacido en Westminster, Inglaterra en 1970, quedaría de manifiesto con la obra maestra que dejaría su nombre en legado permanente -“Memento”- 2000, obra temprana y cumbre que revolucionó la estructura narrativa y la dirección con audacia cinematográfica, capaz de generar debates explicativos desde su trama, como lo hiciera en el amanecer del nuevo siglo la cinta “Mulholland Drive” 2001 del maestro David Lynch.

 

Christopher Nolan | Foto: thecinematic.com

 

Nolan logra proponer nuevas formas de expresar el ímpetu visual del cine, enmarcadas en la fascinación del impacto creativo, y al mismo tiempo de generar una audiencia que acude a sus cintas más por el propio Nolan que por el reparto o la historia, casi todas sus películas han tenido efecto de atracción en la taquilla y la unánime aclamación de la crítica y premios consecuentes. Su nombre se une al de otros directores que a lo largo de la historia, Alfred Hitchcock, Billy Wilder, George LucasSteven Spielberg o Quentin Tarantino, por mencionar algunos, han logrado ser una marca registrada no sólo de audiencia o reconocimiento, sino desde un punto de vista mercadológico, que hace de sus piezas un acontecimiento, una experiencia ineludible para disfrutarse en la más grande pantalla posible de cualquier complejo.

 

En “Interestellar” 2014, Ópera espacial y destino manifiesto, espacio y tiempo relativos en la inmensidad del universo, agujeros negros, dimensiones planetarias y horizontes de sucesos, cohabitan la lírica cinta que Nolan ofrece como un viaje necesario, impostergable y a la vez íntimo. La misión ineludible de la humanidad por hallar un hogar cuando ésta haya terminado con el mundo que nos convoca y al que lentamente consumimos, representa la comanda loable y el renacer de la conquista de territorios no explorados a los que se ha temido volver una vez concluida la Guerra Fría en plena globalización. “El Gran Truco” 2006, ahonda una constante en Nolan: la obsesión. Una rivalidad creativa, constante y a la vez leal hacia los rivales, comprende el éxito y el fracaso, la gloria y la tragedia ambientadas hacia finales del Siglo XIX, cuando la Revolución Industrial en sus dejos y el Colonialismo en sus ambiciones, han dejado el escenario propicio para incentivar inventos y de creaciones la competencia.

 

Uno de los principales retos de un cineasta que aboga por ser original y presentar ideas revolucionarias, innovadoras o inquietantes, es no ceder ante la tentación de una industria que seduce mediante presupuestos y posibilidades difusoras, a los directores con ansia de difundir su arte. Los siguientes sellos tienen relación con esta premisa, aunque con la afortunada y no siempre común resolución a favor del creador. El director explora las motivaciones como disyuntiva y las posibilidades del heroísmo como una carga cuyo peso radica en la visibilidad de la bondad en una ciudad cubierta de sombras, las sombras del mal, de la violencia y la ambición, características de la urbanidad, el poder y la avaricia fundidas en la noche.

 

Quizá la mayor sorpresa que haya causado hasta el momento la elección de proyectos del director británico no haya sido propiamente “Batman Inicia” 2005 sino “Insomnio” 2002, un remake que encendía alarmantes señales a las luces de la originalidad mostrada por Nolan en sus primeras cintas, las cuales habían dado a su lente unánime prestigio.

 

Alaska es el paraje donde conviven el blanco de la nieve y el rojo de la sangre derramada por accidente, en la persecución misma del criminal por el que se inicia la trama y el delito no admitido por el detective que se ha pasado de incriminador a culpable en la búsqueda del asesino, quien al medio de este juego del destino, se ha convertido en testigo del infortunio. El insomnio será ahora la nueva compañía, la dubitación entre asumir el accidente por el que ha muerto su compañero y atrapar al criminal, osarán la débil línea que separa el accidente de lo intencional.

 

El Origen” 2010 es la película más compleja del director desde su variopinta construcción cinematográfica, una sinfonía compuesta por enfáticas secuencias a tiempo y a destiempo entre personajes y lugares de forma simultánea, ya sea entre sueño y realidad o entre imaginación y fantasía, ofreciendo en este sello una apuesta por la indefinición, donde la inserción de una impronta que no fenece o la implantación de una idea que sí genera, conforma una espiral que abre dimensiones y perspectivas. Hans Zimmer, compañero de Nolan, quien capta con total empatía la intencionalidad sonora del director británico, acompasa los sucesos con una música extraordinaria, cimentada en la cresta por la canción Non, je ne regret rien en voz de Edith Piaf, caracterizada en “La Vida en Rosa” por la misma Cotillard, y cuya duración 2 minutos 28 segundos, coincide la numeralia de la cinta, 2 horas, 28 minutos. “El Origen” integra dos universos que gravitan la dual órbita de Christopher Nolan: la imaginación como alternativa de la realidad y la idea como alternativa de los sueños.

 

En “El Caballero de la Noche” 2008, la muerte inesperada como antesala de una actuación memorable, el emotivo adiós a un actor entregado a la posteridad de su talento como legado, y una representación vívida, emocional y profundamente explorada del súper héroe, no desde sus causas y consecuencias sino desde sus circunstancias, llevaron a “El caballero de la noche” a dar verosimilitud, continuidad y enlace a la trilogía de Nolan sobre Batman, como un interludio único, desbordante y magistral. Estrenada tras el duelo sorpresivo en el público por el aparente suicidio de uno de los más prometedores y confirmados talentos de su generación, Heath Ledger, en la que sin duda es la mejor actuación que haya visto el celuloide de Nolan a lo largo de sus ya diez cintas, “El Caballero de la Noche” es una perturbadora y reflexiva inquisición desde la confrontación ético moral ante el discernimiento que conlleva la bifurcación de dos caminos y la dualidad de una moneda lanzada al aire. La tensión y el suspenso envuelven a los personajes que dubitan cada toma de decisión, donde la maldad obliga desde los contextos y la bondad se muestra como una debilidad más que como una fortaleza incólume, el ser humano es llevado al límite de las alternativas y sus escasas opciones, la exploración de los rincones de la maldad en lo bueno y de lo bueno en la maldad, son algunas de las caleidoscópicas temáticas que hacen de esta segunda entrega de la trilogía, una cinta fundacional del género de súper héroes.

 

En “El Caballero de la Noche Asciende” 2012, Nolan concluye su trinomio épico a través de un mensaje que resultó un tanto polémico, como aterrador fue el entorno de su estreno luego de un tiroteo de supuesta inspiración en la oscura maldad de esta saga. Una crítica social, un villano que atisba la repartición inequitativa de la riqueza pero en la concentración de poder, un alegato político que enfunda las causas y las consecuencias del heroísmo y la inmolación del héroe, convergen para dejar un final abierto que acusa la bondad y la persigue, pues los tintes de la percepción cambian dependiendo de dónde se mire. Finalmente “Dunkerque” 2017,  generó desde su anuncio como proyecto una expectativa punzante que fue confirmada tras las reveladas escenas de sus avances, donde una tripulación aglomerada en un pequeño buque, giraba la mirada hacia el cielo en angustia, el sonido de la amenaza se aproxima y el estupor de lo que vendrá dejaba su proclama en suspenso. Aunado a dicha secuencia, así como a un elenco en secrecía de complicidad creativa, rumores y ansias acrecentaron el interés por ver lo que el director resguardaba desde sus expresos deseos por filmar una película de guerra, el resultado: una obra impactante que celebra el décimo sello de su filmografía.

 

Aunque la batalla acontecida durante los inicios de la Segunda Guerra Mundial fue llevada al cine por Leslie Norman en 1958 con un cuadro de lujo encabezado por Richard Attenborough, “Dunkerque” no es propiamente un remake sino una nueva forma de contar la historia, una película que desde ya, ocupa un lugar de privilegio en el cine bélico de nuestro tiempo. Nolan despliega su talento mediante la dirección de un portentoso equipo técnico que coreografía una poética obra maestra. Si sus cintas innovadoras son admiradas, sus películas de ciencia ficción éxitos de taquilla y sus versiones fantásticas aclamadas, “Dunkerque” como su primera cinta histórica, no sólo se encamina hacia todas las cualitativas calificaciones anteriores, sino quizá finalmente, a la premiación del director como un merecido reconocimiento a quien ha logrado aportar al cine, una propia visión estética, poética y emocional.

 

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Foto: Iván Uriel | Filmakersmovie.com

Iván Uriel Atanacio Medellín | elsurconovela |ivan@filmakersmovie.com | México

Escritor y documentalista. Considerado uno de los principales exponentes de la literatura testimonial en lengua hispana. Sus novelas “El Surco” y “El Ítamo” que abordan la migración universal, han sido estudiadas en diversas universidades alrededor del mundo.  Dirigió “La Voz Humana” y “Día de Descanso”. Columnista en Pijama Surf, es Director Editorial  y Fundador de Filmakersmovie.com

 

 

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