El planteamiento de la historia: ¿Qué es y por qué es importante?

 

Por: Diana Miriam Alcántara Meléndez

 

Planteamiento significa plantear algo, que a su vez se define como la exposición o trazo de un problema, tema o duda; es establecer las bases para la solución de un conflicto. En el cine, el planteamiento de la película significa presentar los elementos de la historia y el camino hacia el que se dirigen.

 

Una historia al estilo ‘príncipe debe ir a rescatar a princesa’ presenta durante su planteamiento esta misión, para también el contexto donde se desarrolla el relato y los personajes que en él conviven; por ejemplo, quién es la princesa, quién es el príncipe, por qué es importante que él la rescate a ella, qué está en juego o qué se gana y qué se pierde de cumplir o no cumplir la misión, quiénes son los aliados, quiénes son los enemigos, etcétera.

 

Foto: Diana Miriam Alcántara Meléndez | Calgary, Canadá, 2017

 

En un relato cualquiera, literario, televisivo o cinematográfico, las tres partes básicas de la historia son planteamiento, nudo y desenlace. Cada uno tiene su función específica. El planteamiento ubica a la historia en un lugar y un tiempo, sus personajes y la realidad tal cual la viven éstos. El nudo o la parte media es la pieza del relato en donde se desenvuelve el conflicto. Mientras que el desenlace es la resolución de los acontecimientos.

 

El planteamiento de la historia es importante por varias razones, establece un tono de historia, introduce el mundo en que se desarrolla el relato y los personajes que en él participan, además de cimentar las estructuras que funcionan como base para el desarrollo de la historia: las reglas de este mundo (real o ficticio) y las dimensiones de la situación en la que están envueltos los protagonistas (ya sea un relato romántico, de ciencia ficción, de intriga detectivesca u otro); en corto, es como si la historia pusiera sobre la mesa su identidad (quién es, qué hace y hacia dónde va), para así preparar al espectador para lo que viene (el resto de la historia: el nudo y el desenlace).

 

En una película, cuando un planteamiento está mal o accidentadamente trazado, el resto de la historia carece, sufre tropiezos y hasta pasa por inconsistencias. Por ejemplo, si los personajes no saben por qué hacen lo que hacen, es que no han sido bien desarrollados, algo que se viene arrastrando desde el planteamiento. Pero si la historia en sí tiene huecos y el rumbo hacia dónde va no está claro (y esto no significa que tenga o no giros sorprendentes, sino que no parezca que se han trazado bajo un objetivo) entonces el planteamiento es flojo y eso se traspasará hacia el resto de la historia.

 

Incluso los temas y el tono de la película (cómica, policiaca, de intriga, de investigación, suspenso o farsa) son presentados desde la primera parte del relato, y lo mismo pasa con los temas a tratar, las reflexiones a proponer y el rumbo hacia donde están destinados sus personajes, su arco. El planteamiento carga con todos estos elementos, es decir que el planteamiento, al presentar el mundo en que se desarrolla la historia, presenta también el panorama general que vivirán tanto los personajes como la narración misma.

 

Si ‘Los Juegos del Hambre’ se desenvuelve en un mundo distópico, las carencias o habilidades de la protagonista, y del mundo en el que vive, por la realidad en la que se desarrolla el relato, y a la que se enfrenta, deben están presentes desde los primeros minutos de la historia. En este caso, tanto en la novela como en la película puede observarse cómo la narración plantea las aptitudes y debilidades de Katniss Everdeen, que luego jugarán papel importante en el desarrollo, tanto en su nudo como su desenlace. El que sea buena con el arco, que su hermana sea lo más importante para ella o su lealtad para con quienes siente afecto son elementos claramente expuestos en el planteamiento, para luego profundizarse o retarse en un punto crítico de la historia.

 

Así, el planteamiento es tan importante para cada personaje como para cada línea de acción que tomará la narrativa, es decir, el rumbo hacia dónde se dirige y los obstáculos que pone frente a sus protagonistas y demás personajes. Si esta primera parte de un relato falla, puede resultar en personajes unidimensionales, confusión de la historia, dudas sobre quién es quién o cuál es su relación con los otros personajes, temas sin profundizar o que quedan superficiales, incluso temas sobreexpuestos o que la historia se sienta ‘lenta’, esto es, que tarde en arrancar o que, después de mucho tiempo, parezca que no va hacia nada. Lo cual no tiene que ver con que su ritmo narrativo sea pasivo, sino que la historia, la sucesión de hechos, parece no tener objetivo.

 

La primera toma de ‘Luz Silenciosa’, por ejemplo, película de 2007 dirigida por Carlos Reygadas, muestra un amanecer durante aproximadamente cinco minutos. Aquí no es que ‘no pase nada’, al contrario, esta elección visual de estilo que escoge el director tiene un motivo; esa escena, lo que muestra, incluso lo que dura, quieren decirle algo al espectador, algo que además resulta acorde con la historia que cuenta, los personajes que presenta y los temas que aborda.

 

Cada relato puede también tener sus giros sorpresivos, cambios de ritmo y dinámica versátil, que además puede alimentarse de las herramientas de la narrativa (historias no lineales o narradores omniscientes, por ejemplo); pero lo que no puede, o nunca debe hacer una historia, es contradecirse a sí misma, es decir, no puede dejar de ser coherente con su propia lógica. Para que no se cometa este error, el trazo del planteamiento debe ser claro y explícito. Al final, no se trata de que una historia tenga que ser completamente directa con su espectador, al contrario, se trata de que cada elemento (como la identidad y el propósito que cada personaje juega dentro de la historia) tenga sentido y esté explicado (de nuevo, no tiene que ser obvio, pero sí estar presente de alguna manera).

 

Donnie Darko’, por ejemplo, no tiene  porqué  explicar de forma evidente todos sus elementos metafísicos, ni que juegan un rol importante en el desarrollo de la historia, las temáticas que aborda y las reflexiones que propone, pero los viajes en el tiempo o la posibilidad de que dos universos paralelos puedan juntarse en un mismo punto deben plantearse desde la primera parte de la película, de forma que haya elementos, tal vez visuales y simbólicos, tal vez en subtexto, que indiquen que en este relato la posibilidad metafísica es más que una fantasía imaginada o irreal.

 

La silueta o estructura que toma un planteamiento, en comparación con otro, varía según cada tipo de historia; no es lo mismo adentrarse a un mundo futurista que ambientar un relato en el siglo pasado o en el presente; no es lo mismo si toma lugar en México, Japón o Irlanda; que sea una historia ficticia o un hecho real documentado, un romance juvenil o una investigación legal. No es tampoco lo mismo si toda la historia sucede en un mismo escenario, en una locación, con sólo dos personajes, o si sucede en diferentes realidades (pasado-presente-futuro) y con muchos personajes interactuando al mismo tiempo.

 

Muerte a la media noche’ por ejemplo, película de 2001 dirigida por Robert Altman, hace un trabajo sobresaliente en su guión y, más específicamente, en su planteamiento. La historia transcurre durante un fin de semana en una campiña inglesa, en 1932; hay una reunión entre varias familias adineradas, pero a mitad de la noche ocurre un asesinato. La historia presenta la vida de los hombres y mujeres de la alta sociedad, pero también la de sus sirvientes y criadas. La historia no sólo debe adentrar al espectador al mundo en su contexto histórico, lugar y tiempo, sino también a la realidad de los personajes que viven ‘arriba’ y los que viven ‘abajo’, (sus problemas, anhelos, expectativas y visión de su mundo), además de establecer el misterio del asesinato (quién fue y por qué lo hizo). Todo se logra durante el planteamiento con un buen ritmo y la suficiente introducción para dejar que la historia fluya. Hay muchos personajes que interactúan y toman parte importante durante el relato, pero nunca parece que se atropellan entre sí. Los primeros minutos tampoco parecen un gran montaje que presenta a cada uno de los actuantes por segmentos, al contrario, las dinámicas son trazadas de forma natural cuando, a la llegada de los invitados, cada miembro de la alta sociedad se presenta y cada uno de sus empleados procede a cumplir con su trabajo. No por nada la película se llevó el premio Oscar en la categoría de mejor guión original, además de estar nominada a otras seis categorías, incluyendo mejor película.

 

En algunos casos también sucede que la presentación de la historia, el planteamiento, suena muy intrigante y atractivo, pero el resto del relato no cumple con las expectativas, o se vuelve enredado y confuso en su avance.  Hay todo tipo de escenarios posibles, tantos como número de películas existan, pero no es que una historia por ser sencilla asegure sobresalir, ni que un relato con muchos recovecos no pueda lograr cumplir eficientemente para contar su historia, o viceversa.

 

No, lo importante es partir de un punto básico y nutrir desde ahí la historia: primero se plantea la trama y luego las subtramas, por ejemplo; y primero se parte del camino que recorre el personaje principal así como de los obstáculos que enfrentará, para luego entramar el desarrollo y enriquecer la historia con herramientas narrativas (el uso de flashbacks o las escenas en las que lo que se ve sólo sucede en la imaginación de un personaje, por mencionar algunos), para ilustrar la historia o para configurar posibles desenlaces.

 

Un planteamiento es una introducción, es el comienzo de una historia; marca el rumbo como si fuera la brújula en el mar, pero también expone la propuesta de historia que trae detrás, así que es, en breve, el primer piso de un edificio y, como en el juego de mesa Jenga, si la pieza de hasta abajo no está bien puesta, el resto se tambalea. De ahí que exponer el planteamiento del relato es un arte en sí.

 

 

Diana Miriam

Foto: Diana Miriam Alcántara Meléndez

Diana Miriam Alcántara Meléndez | México

Escritora, periodista y amante del cine, además de estudiosa de la comunicación, el guionismo  y el cine en general . Leer, escribir y ver películas son algunas de sus grandes pasiones. Tiene publicados dos libros: ‘De Cine’ y ‘Reflexiones sobre guionismo’.

 

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