Amour | Michael Haneke | Austria, Francia y Alemania, 2012
Por: Ana María Sánchez Rodríguez
La película de Amour revela con crudeza, las difíciles decisiones en el amor de pareja ante situaciones dolorosas. Se plasma el eterno debate de la muerte y la vida, el amor y el egoísmo, las creencias de unos y de otros para enfrentar los avatares de la vida.
Resulta compleja y provocativa, envuelve en el debate de la polémica lo que se toma por caso resuelto, pero que en realidad demuestra que los seres humanos, contradecimos, ignoramos y desconocemos como seríamos y reaccionaríamos ante diversas situaciones.
La trama ha develado una serie de escenarios que se enfrentan en una sociedad postindustrial europea que aleja de los problemas a quienes no conforman parte de la unidad. La hija, por ejemplo, es solo espectadora del deterioro de su madre, la sufre pero no actúa y se deja convencer por el padre, que ella no quiere y no puede ocuparse de ambos. La madre resuelve que es más difícil vivir en dependencia con el otro, en desespera de que la cuiden, inmovilizada, se siente en su sufrimiento por verlo a él, padecer por la enfermedad de ella. Él, pasivo ante su sufrimiento, se conmueve pero no lo comunica, el dolor de su pareja le resuelven terminar con la vida de él y de ella, no importando más nada porque ya es la enfermedad la que ha terminado con ambos. El alumno, personaje frío, atónito, no comprende lo que le ha pasado a su profesora. La música que los unía los acaba separando, porque no puede más, con los cambios que han producido que el lado derecho de quien le ha enseñado que la música es su vida, ya no puede tocar las teclas del piano.
La película es una danza entre la atención de él hacia ella, de la lucha por sobrevivir los dos solos, aunque no tan solos sino por decisión propia para vivir en pareja, lo que ha comenzado por un instante de inconciencia, una operación que ha resultado un fracaso y los cuerpos de ambos que responden ante los años, la vejez que no regresa la juventud.
Los diálogos son llanos, pausados, la música es escasa solo aparece en aquellas partes que son nostalgia del pasado.
La enfermedad que los separa, la muerte acaba de unirlos, él acorta su paso y ella le llama para permanecer juntos. Los temas son familiares, enfermedad, vejez y muerte que se deciden lentamente. El sufrimiento es el eje central, qué es y para qué, por qué se puede terminar antes de consumir lo poco que queda.
Se aprende que el sufrir no se comparte solidariamente, que la vida es decisión de uno, que la felicidad y el sufrimiento se repelen.
Amour, es para unos la prueba final del amor de ambos y para otros la decadencia y rendición de él ante su propio sufrimiento, pero sobretodo el de ella. Son dos visiones que debaten, a vecen se encuentran y dialogan pero la mayoría de las veces se confrontan. El director así lo ha querido mostrar, para unos la muerte provocada es la expresión más viva de ese amor, aunque para otros haya sido el abandono y desesperación que solo se puede enfrentar en santidad.
Difícil interlocución entre el espectador y la cinta, pero se presenta una oportunidad para ahondar y descubrir nuestra naturaleza, tan compleja y tan humana.
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Amour
Dir. Michael Haneke
Tráiler
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Ana María Sánchez Rodríguez | México
Cinéfila, politóloga y especialista en trabajo social. Realizó sus estudios en LSE en el Reino Unido, y actualmente el doctorado en Políticas Públicas en UMASS Boston. Su pasión por la promoción, defensa y procuración de los derechos humanos la ha llevado a escribir diversos artículos, asistiendo a numerosos congresos internacionales, y a participar en la realización de los documentales «Pobreza Extrema», y «Tu Ciudad Tus Derechos».