Las rocas que corola el viento, Bob Dylan y “Un perfecto desconocido”

Por: Iván Uriel Atanacio Medellín

Bob Dylan, ganador del Premio Nobel de Literatura, se muestra como un artista en búsqueda permanente, y un creativo que no cierra los ojos ante la realidad que avista crear una realidad alterna, sino mejorarla desde el propio testimonio activo.

Bob Dylan es un referente de la cultura musical, su irrupción a inicios de los años sesenta en el panorama contracultural que definiría los senderos de una generación envuelta por la guerra fría, la crisis de los misiles de Bahía de Cochinos entre Cuba y Estados Unidos, la efervescente sinergia de dogmas, ideales y posicionamientos políticos, así como la guerra de Vietnam y el devenir de los movimientos sociales y estudiantiles, marcó un hito en la composición lírica del género Folk, y de varios géneros. El sonido acústico de su guitarra, las evocadoras líneas de su armónica, y una rasposa voz que al desgarrador compás de sus letras, definieron el estilo del músico originario de Minnesota, quien se consolidaría al amparo del Festival Folk de Newport, devotos creyentes de su obra, como Pete Seeger, referentes como Woody Guthrie, o impulsoras como la extraordinaria Joan Baez. Bob Dylan sin pretenderlo, se convertiría en la voz de una generación, de quienes andan las calles sin encontrar razones, respuestas ni motivos; de quien acusa la injusticia como una suerte de azar inadvertido, y se vierte en los confines de un viaje continuo que pulula desde el viento el sentido del horizonte, y desde el sentido, el significado de verlo. Albert Grossman como un personaje que sensibiliza el talento, el producto y la emoción, y un Johnny Cash desde la mentoría de un rapsoda testigo, integran la variopinta propuesta de los nombres que pudieran tener inferencia en el joven Bob Dylan, que, llega a Nueva York con sus liras en la espalda, habita los avatares de la urbe que lo mismo fulmina que motiva, hasta llegar a convertirse en el ícono solista más importante de su tiempo.

En “A Complete Unknown” James Mangold nos presenta un viso de los entresijos que vive el compositor a la luz de las historias, vivencias y vicisitudes, los pasadizos, amores, influencias, amores, apegos, pasiones, deseos, estigmas, prejuicios, y declaraciones de la manifestación del sentir ante un contexto, incluso, del artista ante su propia música en reacción y réplica, tal como quien, al verse reflejado en el espejo reflejo de sus convicciones, profiere un máximo o mínimo ajuste de su estilo, conferido en aquello que delimita la unicidad, la genialidad, lo que resulta irrepetible, y, a su vez, permea el colectivo. James Magold, director sendas cintas como Cop Land, Girl Interrupted, Walk the Line, 3:10 to Yuma, Knight and Day, Ford vs Ferrari, y Logan, presentadas en diversos géneros, comparte su visión de una etapa por demás prodigiosa en la historia de la música de Estados Unidos y de el mundo, los años sesenta, enmarcada en las cuitas de un joven cantautor, Bob Dylan.

El espléndido Timothée Chalamet interpreta a Bob Dylan con la misma fiereza que afronta el reto Mónica Barbaro sobre personaje de Joan Baez, haciendo del guión, coescrito por el propio Mangold, basado en el libro de Elijah Wald, acerca de los días en que Dylan aprestó por el uso de una guitarra eléctrica, revolucionando la propia revolución del Folk que él había hecho. Desde la invención de su propio imaginario, hasta la publicación del sencillo “Blowing in the wind”, del disco “The Freerhellin”, hasta la edición de “Like a Rolling Stone” del álbum de 1965 “Highway 61 Revisited”, uno de los discos que mayor influencia han tenido en la historia de la música grabada, y cuyo sencillo se convirtió, para algunas revistas y libros especializados, en la mejor canción de todos los tiempos, como lo citaran las listas de críticos en Rolling Stone. La cinta ofrece un corolario sobre sucesos de los años 50 y 60 que definirían el camino de Bob Dylan, así como algunos acontecimientos de su vida, tanto en el pleno personal, como desde la influencia que otras figuras tuvieron en su música, y los senderos que se fueron abriendo en el rodar de sus canciones. Chalamet apunta dentro de su ya interesante repertorio de personajes polifacéticos, icónicos pasajes del maestro Dylan con honestidad, franca convicción y la generosa interpretación de un actor que sigue su vía hacia la consagración como intérprete referencial de su generación.

Bob Dylan, ganador del Premio Nobel de Literatura, se muestra como un artista en búsqueda permanente, y un creativo que no cierra los ojos ante la realidad que avista crear una realidad alterna, sino mejorarla desde el propio testimonio activo. El desafío de los convencionalismos musicales, el reto a la propia industria, o el arriesgado afán por la innovación desde las letras y el uso de los instrumentos al ritmo, hacen del maestro, un epítome de agitación, creatividad y activismo desde la música, dentro y fuera de la realidad, como esos escenarios que avivan roda como roca en el presente, mirar el pasado en su giro, y habitar el futuro de la consciencia. La película explora algunos de los motivos que confieren la esencia del cantautor, y deja quizá, otros flancos abiertos al análisis, centrándose en un momento específico de la vida personal y artística del mito, dejando las preguntas a la audiencia, y las preguntas al viento de su miro.

A Complete Unknown, 2024, Dir:James Mangold

Politólogo, escritor y documentalista, Premio Nacional Aportación a las Letras Mexicanas, y Premio Bienal de la Academia Literaria de la Ciudad de México, es autor de diversas novelas y director de documentales en derechos humanos. Director Editorial de Filmakersmovie, recibió el Premio Nacional de Gestión Cultural; su obra ha sido compartida en más de cuarenta países de cinco continentes.

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