Por: Diana Miriam Alcántara Meléndez | España, 2013

 

Aprendizaje | Foto: Diana Alcántara

Aprendizaje | Foto: Diana Alcántara

El psicólogo Jean Piaget (1896–1980) explica en su teoría sobre el desarrollo cognitivo y la inteligencia que el hombre, para su desarrollo, aprende de modelos específicos a los que se le expone desde niño; el entorno y el lenguaje le ayudan a desarrollar su inteligencia, aprehendiendo, desde edad temprana, especificidades de la realidad que le rodea.

 

El desarrollo de capacidades, inteligentes y emocionales, como la memoria, la atención o la clasificación, se forjan gracias a las experiencias en la vida del infante, mismas que resonarán en su crecimiento de manera continua.

 

 El cine es parte de aquellas experiencias a las que las personas se ven expuestas. Las películas infantiles, por ejemplo, están cargadas de valores, moralejas y mensajes a los que el espectador se ve expuesto; estos contenidos son retenidos por la mente, que absorbe como esponja todo lo que se le presenta, en especial en la etapa infantil en la que el cerebro está tan activo y en proceso de formación. Los sentidos, además, al ver una película, están expuestos a canales de recepción tanto sonoros como visuales; ello significa una recepción simultánea y multidimensional que permite un entendimiento a gran escala.

 

El niño aprende de amor, dolor, pérdida, pena o alegría hasta que vive la experiencia de manera propia, pero el significado como tal de todas estas emociones las asume a través de las historias y los personajes que mira en pantalla, con quienes se identifica, con quienes comparte el curso de su historia o vida, con los que crea empatía, de tal manera que la trama de las historias que observa en las películas formarán parte de su desarrollo cognitivo. Las experiencias como tal en pantalla son tan importantes para él como para el relato, porque le enseñan, porque le afecta, porque le impactan y porque le aportan.

 

Las historias, en especial las historias orientadas al público infantil, deben establecer de manera clara el perfil de discurso que quieren adoptar, sus mensajes son ejemplo, modelos a seguir, tanto en pensamiento como en comportamiento, que el niño copiará y reproducirá.

 

Respuestas ante acciones, lenguaje, formas de resolver problemas o maneras de afrontar situaciones son escenarios presentes en las películas dirigidas al público infantil, mismo que retiene dichas respuestas en su mente y que copiará más tarde al verse frente alguna situación parecida.

 

Algunos teóricos de la cinematografía y de la enseñanza sugieren que los padres repasen las temáticas tocadas en las películas con sus hijos. Estas recomendaciones, más que evidentes referencias respecto a la educación, son ejemplo de la influencia que el cine tiene en la vida del hombre y cómo la sociedad actual ha dado importancia a tal fenómeno, consciente de la carga psicológica y racional de contenidos cinematográficos en todo tipo de películas. Otro ejemplo de aquel análisis de contenido se refleja en la clasificación respectiva que se le impone a las películas de acuerdo con el tipo de mensaje que abordan, cómo la abordan o el tipo de público al que van dirigidas.

 

Las personas están tan acostumbradas al cine como medio educador, incluso sin darse cuenta, que su exposición frecuente debería  estar acompañada de una reflexión, en especial cuando el público infantil es parte de la experiencia, tanto por la influencia que la película pueda representar como por los contenidos que se abordan.

El aprendizaje a través del cine no es exclusivo de etapas tempranas en el desarrollo. Las personas de cualquier género y edad aprenden a través del cine, ya sea informándose de un tema o experimentando mediante la evolución de las historias.

 

Formar vínculos con los personajes crea una identificación que puede llegar a ser catártica, ponerse en los zapatos del otro, explorar rutas, motivos, soluciones o expresiones de diversos temas y en relación a distintos escenarios.

 

El grado en el que el cine toma parte en la vida y desarrollo del hombre es una cuestión que depende de cada persona, pero como constante en el ambiente social, el cine es un importante conductor de mensajes al que la mayoría de las personas están expuestas y, por ende, del que la mayoría de las personas debe advertir en cuanto a su relación con él.

 

Diana Alcántara Diana Miriam Alcántara Meléndez | México | España

 Guionista y amante del cine, ha estudiado  Comunicación, Producción y Guionismo a los largo de los años con el fin  de aportar a la industria cinematográfica una perspectiva fresca,  entrenada y apasionada. Actualmente cursa un Máster en Comunicación, Periodismo y Humanidades a propósito de enriquecer su mente y trabajo.

 

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