Por: Diana Miriam Alcántara Meléndez | España, 2014
El futurismo fue un movimiento artístico que se origina en Italia a principios del siglo XX y forma parte de las corrientes de las nuevas vanguardias. Caracterizado por sus temáticas futuristas, tecnológicas e industriales, el reflejo de esta corriente impactó primordialmente ramas como la literatura, la pintura, la arquitectura o la fotografía, además de otras formas artísticas como la moda, la publicidad, el diseño industrial y gráfico, entre otros.
A la par se encuentra el futurismo ruso que cobrara fuerza hacia los años de la Primera Guerra Mundial y que compartiera inquietudes con el futurismo italiano.
El Manifiesto Futurista escrito por Filippo Tommaso Marinetti, publicado en un periódico francés en 1909, sienta las bases del movimiento futurista. En el escrito se plantea la libertad del hombre ante las fuerzas opresoras (llámense gobierno, instituciones, leyes), siendo la agresividad y la rebeldía la fuerza motora de las clases que encontraban, de acuerdo con la filosofía futurista, un despertar en los elementos contemporáneos y modernos de su entorno (grandes máquinas, nueva tecnología, estructura urbana) como posibilidad para el crecimiento de las sociedades, siendo otra característica del movimiento su renuente posición con el pasado histórico-social (especialmente en áreas como la política y el arte).
Estas formas de pensamiento abrieron otras perspectivas dentro del mundo artístico, ya sea en su proceso de creación tanto como en la percepción del arte. Las vanguardias niegan la realización artística como un trabajo hecho por encargo, el arte como una forma de complacer a otros; en su lugar, los artistas en estos movimientos tienen como eje impulsor el expresar su visión de las cosas, más que querer complacer a los críticos, a la academia o a las altas clases sociales.
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Con ello, la fotografía, por ejemplo, dejó de limitarse a calcar la realidad con su lente tal cual el ojo humano la percibe; la fotografía futurista juega con las posibilidades de la cámara, los encuadres, los barridos, el tiempo de exposición o la iluminación, a fin de representar estados humanos que rebasen la cualidad positivista como característica de la imagen.
El objetivo del arte futurista era romper con los cánones convencionales y tradicionalistas; el futuro desde su perspectiva era toda aquella forma moderna que para le época resultaba novedosa y, por ende, en cierto grado, revolucionaria. De ahí que se le otorgue un importante grado de valor a las máquinas, como representación del crecimiento social, por su tecnología, por su velocidad, por su inmediatez o por su grandeza estructural.
El cine futurista, como corriente, se apega a tales creencias, principalmente en su temática y su trabajo visual y de imagen. Las máquinas como elementos de progreso (el movimiento y la velocidad), las grandes edificaciones y construcciones o el sentimiento nacionalista, progresista patriótico y radical. El futurismo muchas veces vanagloria la violencia, la guerra y el militarismo.
La estética de la imagen del cine futurista (como se nota en la escultura o en la pintura de la época, legado que retoma la cinematografía en su construcción de escenarios) siempre es fría, las figuras y los decorados tienen formas geométricas, pero trazos simples, y a veces se juega con la explotación de color a fin de crear contrastes. El futurismo es el mundo del objeto.
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La combinación de imágenes o los sonidos sincrónicos (característicos de la narrativa literaria y poética o de la música futurista, respectivamente), también son elementos que el cine futurista retoma en su realización, expresos de manera más contundente en el montaje cinematográfico, por ejemplo, la combinación de imágenes, que en cine (o en fotografía) se traduce como la superposición de imágenes.
La mayoría de las películas de cine futurista se han perdido, Thais (Italia, 1917) es una de las que aún sobrevive para su visionado. Pero la influencia de estas técnicas se observan en otros proyectos de corrientes afines de la vanguardia, por ejemplo los escenarios y la forma de montaje de películas como Metrópolis, Blade Runner o Barbarella; de la misma manera se nota la influencia futurista en el desarrollo de otras formas artísticas, por ejemplo el trabajo gráfico y de diseño dentro del cómic y el anime.
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Diana Miriam Alcántara Meléndez | México | España