Doce hombres en pugna | 12 Angry Men | Dir. Sidney Lumet | Estados Unidos, 1957
Por: Diana Miriam Alcántara Meléndez
“Doce hombres en pugna”, escrita por Reginald Rose y dirigida por Sidney Lumet, trata de cómo doce hombres de un jurado discuten y debaten sus opiniones respecto al caso por el que han sido llamados, un asesinato con arma blanca. Durante el proceso los conflictos personales y emocionales no podrán quedar de lado, la persona más objetiva o la más temperamental tendrán un punto de quiebre en su intento por convencer al otro de su opinión; su trabajo es llegar a una decisión unánime: inocente o culpable; mientras, la vida del acusado e incluso la propia salud mental de estos doce personajes están en juego.
La película se desarrolla casi por completo dentro del cuarto donde los hombres son llevados a deliberar, dejando que las actuaciones, la dirección y, en especial, el trabajo del guionista, sean los pilares de la historia en donde las palabras, las miradas y los gestos están cargados de significado.
La diversidad de personajes permite establecer los distintos puntos de vista de las personas. El caso está trazado, un joven ha apuñalado a su padre, pero la historia va más allá del juicio. Es la responsabilidad de los doce personajes la que está en juego durante la película, que inicia cuando uno de ellos no está del todo convencido de la culpabilidad del acusado, mientras los otros once están seguros de tener su veredicto.
El juego de palabras, la manipulación, la presión y la ética toman fuerte presencia durante el proceso. Saber que la vida de una persona está en sus manos es sólo la punta del iceberg, dejando que la percepción del espectador, así como de los mismos personajes, se mantenga activa y cambiante durante el relato. Es la capacidad de análisis y la habilidad del discurso las mejores armas que Davis, personaje interpretado por Henry Fonda, puede ocupar para convencer a los otros once que existe la posibilidad de que se esté juzgando mal al acusado, por desidia o por indiferencia, de sus abogados o de ellos mismos. Su disertación inicial no asegura que el joven sea culpable o inocente, simplemente apela a la consideración y responsabilidad de sus similares para tener presente que las decisiones que se tomen en el cuarto por el jurado no son ligeras, traen consecuencias.
Lo más importante a recordar es que este análisis y toma de decisiones es aplicable a cualquier persona para cualquier momento de su vida. No se trata simplemente de un película sobre una deliberación de un jurado criticando y remarcando el proceso judicial (en Estados Unidos, pero también aplicable y resonante en los procesos de cualquier país), sino en cualquier momento de disputa y cuestionamiento entre personas o en las mismas decisiones de vida.
Las palabras pueden usarse para manipular a conveniencia, a través de la persuasión, por ejemplo, en un debate, en la publicidad, en el mercado, en el trabajo (en la película más de uno y en más de una ocasión pone en duda la veracidad del testimonio de los testigos. ¿Es humano cometer errores, cierto?); pero también en ocasiones las decisiones importantes se toman como meras trivialidades, sin darles el tiempo necesario para la reflexión. Y aunque actuar a impulso no siempre parezca la decisión más exacta, la película hace énfasis en ello, uno de los personajes dice: “tanto pensar hace que todo se haga un lío”. ¿Para bien o para mal? Eso queda a consideración del espectador.
También se habla por mucho de cómo las cosas no siempre son lo que parecen; son la observación, la metodología y la investigación las que permiten a la mente conectar piezas de información que lleven a la deducción; la percepción más allá del engaño que, en este caso, hacen posible que uno a uno los hombres entren en el llamado estado de “duda razonable”, es decir, que no estén completamente seguros de la culpabilidad del acusado. De esta manera los doce hombres comienzan a repasar el caso y se dan cuenta que más de un punto no ha quedado claro, lo que los lleva a la seriedad del análisis de pruebas del mismo, así como a, eventualmente, cambiar de opinión.
La historia ofrece una gran diversidad de temas y las suficientes posturas que son motivo de análisis en tópicos como los procesos judiciales, los discursos (políticos, sociales, económicos, personales), el comportamiento de las personas ante diferentes situaciones, la presión, el prejuicio, el respeto, la justicia, la libertad, el engaño, etcétera.
“Doce hombres en pugna” habla más allá de doce personajes deliberando un juicio, habla del actuar humano en su cotidianidad, constantemente alterada por los muchos factores externos de la vida.
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Doce hombres en pugna
Dir. Sidney Lumet
Fragmento 2:12
Desde YouTube, canal Krisqw
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