MEMORIA

11 Películas Mexicanas del Siglo XXI

Por: Iván Uriel Atanacio Medellín

 

El siglo XXI ha presentado un corolario de propuestas cinematográficas mexicanas que podríamos delimitar en tres bloques, primero, el cine que prosigue la denominada -nueva época de oro del cine mexicano- o -nuevo cine mexicano- y que surgiera hacia finales de los años ochenta y principios de los años noventa; segundo, las películas mexicanas realizadas con fines meramente comerciales, y que continúan en calidad narrativa con el flujo de películas con esos fines que pulularon la década de los años ochenta protagonizadas por figuras de la televisión o de la industria musical; y para concluir, las obras dirigidas por directores mexicanos que, habiendo surgido en el ya citado renacer del cine mexicano, emigraron al extranjero junto a fotógrafos, histriones, artistas visuales y editores, quienes eventualmente dirigen alguna cinta cuyo prestigio abona al reconocimiento y a la distribución de sus trabajos.

 

Desde 1896 en la Ciudad de México ya se hacían proyecciones, incluso durante el movimiento revolucionario se producían cintas de corte propagandístico o informativo, el cine mexicano alcanzó un pico de difusión y realización cinematográfica a mediados de los años treinta, cuando varias producciones lograron posicionarse con firmeza en las primeras ediciones de festivales internacionales de cine como Venecia, Berlín o Cannes. Las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta vieron encumbrar la denominada época de oro, directores como Roberto Gavaldón, Emilio Fernández, o Ismael Rodríguez  entre otros, acompasaron la plenitud de una industria que iniciara sus primeras proyecciones en 1896 en el Castillo de Chapultépec de la Ciudad de México, y que con el Automóvil Gris de 1919 iniciara una senda creativa que convocó grandes directores como Sergei Eisenistein en los años treinta y a Luis Buñuel o Luis Alcoriza en los años cincuenta y sesenta. Si atendemos a las innumerables cintas emblemáticas del cine mexicano, encontramos Santa, Vámonos con Pancho Villa, Allá en el rancho grande o Águila o Sol en los años treinta. María Cadelaria, Una familia de tantas, Ahí está el detalleCampeón sin corona, Nosotros los pobres, Ustedes los ricos Enamorada, La oveja negra, Flor silvestre o La perla en los años cuarenta.

 

Los años cincuenta iniciaron con Los olvidados, transitaron a El rebozo de Soledad, y culminaron con Macario, como ejemplo, para adentrarse al epítome de Ánimas Trujano, Los hermanos del hierro, Viento negro, Tiburoneros, El ángel exterminador,  Tlayucan, Nazarín, El esqueleto de la señora Morales; transitar de El gallo de oro a Los Caifanes, y hacer un broche con Mecánica nacional hacia un cine más realista, crudo y quizá artístico en los años setenta, El apando, El tunco Maclovio, Actas de Marusia, El topo, Canoa, El castillo de la pureza, Frente al cadáver de un líder, o Los albañiles.

 

Los años ochenta se caracterizarán por el cine ya enunciado, pero es posible hallar sendas obras maestras como Doña Hermelinda y su hijo, La pasión según Berenice, El lugar sin límites, Frida, naturaleza viva, Vidas errantes,  y el cruce generacional con Rojo amanecer que sería a su vez una de las cintas fundacionales del nuevo cine mexicano. Se sumarían al legado La tarea, Pueblo de madera, Solo con tu pareja, La mujer de Benjamín, Danzon, El callejón de los milagros, Dos crímenes, El coronel no tiene quien le escriba, Como agua para chocolate, Bajo California, La invención de cronos,  Sexo, pudor y lágrimas y la Ley de Heródes.  

En el año 2000, la posmoderna Amores perros de Alejandro González Iñárritu irrumpió la cinematografía, sumando atención internacional hacia el cine mexicano, cintas como El infierno, Un día sin mexicanos, Y tu mamá también, Arráncame la vida, Año bisiesto, Temporada de patos, El violín, Güeros, Perfume de violetas, Su alteza serenísima, Japón, Voces inocentesLuz silenciosa, Lake Tahoe, Cinco días sin Nora, El premio, Las oscuras primaveras, Las elegidas, La zona, Los herederos del Pueblo que no existe, Del olvido al no me acuerdo, Después de Lucía, Sueño en otro idioma, La camarista, y documentales como Presunto culpable, En el hoyo y Promesas, entre otros, han sido reconocidas en festivales y entregas de premios. El Crimen del Padre Amaro, El laberinto del Fauno, Biutiful y Roma fueron incluso nominadas al premio Óscar en la categoría de Mejor Película Extranjera (hoy de habla no inglesa).

 

A continuación, en MEMORIA, hacemos un breve recorrido a través de 11 películas que dejaron huella, tuvieron impacto internacional y se posicionaron como referentes del cine mexicano durante las primeras décadas del siglo XXI. La selección apela por una parte al cumplimiento de los anteriores rubros, y por otra al apego que incide en la apreciación artística.

 

  1. BIUTIFUL 2010

Una reflexión acerca de la migración, el devenir incierto, la consigna de la vida a punto de concluir, y la delegación del abandono por el auspicio de peregrinos, es la resulta de la primera experiencia de Alejandro G. Iñárritu en la cinematografía como guionista en solitario, lo que inaugura una nueva etapa en su canon fílmico. “Biutiful” contendió contra dos imponentes obras maestras, la canadiense “Incendios”, de Denis Villeneuve, y “En un mejor mundo” de Susanne Bier, que por Dinamarca, coronó el dogma con el retrato de una crisis familiar en medio de la crisis humanitaria, oda de profunda interioridad desde el reflejo que la adultez infiere en la infancia.

“Biutiful” al igual que sus principales rivales en la categoría, explora la interioridad desde el personaje, lo cual abonó a la nominación del actor Javier Bardem a Mejor Actor. Una descripción de Barcelona con aguda conexión histórica de momentos fundacionales en la relación de Uxbal, su protagonista, con México, La Guerra Civil, la Posguerra, las chabolas, y la playa que lleva y trae del mar anhelos migrantes. La película es un trazo donde fluye la capacidad del protagonista próximo a la muerte con otros que han partido, así su relación con espíritus funge como un emisario del anhelo que recién ha partido. A medida que disminuyen las fuerzas en Uxbal, la astenia permanente adquiere tintes de supervivencia y redención individual, brindando una cuita de oportunidad manifiesta y supervivencia colectiva a su problemática social. Lo anterior, permite al director ahondar en las relaciones humanas, anhelos y vicisitudes que caracterizan el fenómeno migratorio. Las miles de historias de tragedia, muerte e indignas condiciones humanas derivadas del hacinamiento y la clandestinidad coaccionada por la ley, son apuntadas al horizonte y la profundidad del mar en la mirada de Uxbal, donde las situaciones, contextos, desigualdad y desamparo universales cohabitan el entorno del filme como una consciencia latente.

Biutiful / Dir. Alejandro G. Iñárritu y Javier Bardmen / Foto: Shot On What

 

  1. SUEÑO EN OTRO IDIOMA 2017

Ganadora del premio de la audiencia del Festival de Sundance, Sueño en otro idioma , dirigida por Ernesto Contreras, presenta una aproximación de alteridad que nos permite explorar la cosmovisión de los pueblos originarios mexicanos desde la construcción, significado y sentido del lenguaje.

La historia de una vivencia intercultural, provee a la audiencia del conocimiento urgente de lenguas que parecen perderse o habitar la soledad de pueblos relegados o perdidos por la ignorancia o ambivalencia del desarrollo, pero que logra profundizar a fondo la existencia de un idioma que puede existir mientras dos personas puedan comunicarse, comprenderse y mirarse al corazón desde sus palabras, desde sus letras. Fernando Álvarez protagoniza una historia que narra la vocación lingüista de Martín, quien acude a entrevistar en una comunidad del estado de Veracruz, a los hablantes que aún quedan de una lengua en vías de extinción –zikril.

Y tal como la interculturalidad explora los saberes, sentidos, las historias, la cultura vertida en los símbolos y en su significado, Martín puede anidarse a conocer la vivencia de Isauro y Evaristo, quienes a pesar de hablar el idioma no lo hacen debido a un conflicto que ha durado décadas, y que no les permite dirigirse la palabra. Reconciliar los mundos de una persona, los rencores y resabios a redimirse, los apegos y el cariño a recobrarse, un lenguaje que les une más allá de la palabra, es una misiva que asume el lingüista, pero que el director delega en franca complicidad con el espectador que a través de su trama, disfruta conocer el fondo de las raíces que configuran la identidad ante el prejuicio. La película logra narrar la trama de una vieja amistad que debe recobrarse a través de la lengua que solo hablan quienes han sentido los afines, pero en ese recorrido es vestigio y denuncia, donde a discriminación, la desigualdad,, la marginación, la diversidad, los derechos humanos, la dignidad, el género, haciendo de la cinta un mosaico que no se detiene por los asuntos pendientes sino por el anhelo de volver a hablar.

Y sobre las temáticas que confieren los asuntos pendientes y la resolución de sus efectos, la cinta brinda un faro de atención de la vejez, no como oda a la sabiduría que confiere la posición de quien la ostenta en las comunidades, sino por la necesaria comunicación de las lenguas que nuevas generaciones no conocen o abandonan, el sueño es un lenguaje, un llamado, lo sueña quien lo habla, quien escucha, y se hace realidad cuando el lenguaje logra que podamos comprendernos, hablemos o no el mismo idioma.

Sueño en Otro Idioma

 

  1. Y TU MAMÁ TAMBIÉN 2001

No hay nada más difícil que vivir sin ti…, reza la estrofa principal de la canción compuesta por Marco Antonio Solís, y que forma parte de su álbum de 1999 Trozos de mi alma, lírica que se convirtió en el juglar coral de la película que definió en mucho el cine generacional de principios de siglo en México y América Latina.

Y tu mamá también fue recibida por la crítica como una cinta fundacional, y por la taquilla como fenómeno social, que agitaron fibras sensibles y proyecciones expuestas con la película nominada al Premio Óscar a Mejor guion original, y que consagrara la pareja actoral del denominado movimiento –charolastra-, Gael García Bernal y Diego Luna, quienes al lado de la estupenda Maribel Verdú, protagonizan esta cinta, para unos irreverente, para otros íntima, para muchos universal. Dos amigos emprenden un viaje que les descubre desde la alteridad que confronta y la individualidad que abandona en compañía, el anhelo curioso del ímpetu, el deseo, la liberación y la represión de los instintos, se muestran como un panegírico lazo de la fraternidad. Carlos y Tenoch unidos por la amistad forjada en la camaradería de los cuates que comparten principios delineados por su propia actitud ante la vida.

Un clima de convulsas realidades políticas, la corrupción propia de la política, la clase media liberal inserta en el cambio de siglo, un proceso electoral que se aproxima, y el mar como fresco ideal para emprender su periplo hacia la Boca del cielo. Es ahí donde habitan las formas de abrazar los placeres, pero en su paso, atestiguan tensión social, la pobreza, la desventura de la realidad que les implica como parte del recorrido. Las injusticias, abusos de poder, los movimientos sociales, son parte dela cotidianidad del país que habitan, donde para muchos resulta imposible mirar, como imposible les resulta darse a la mirada a los amigos, una vez que los juegos del placer desembocan en lo inesperado.

El dúo convertido en trío, imprime en los amigos el deseo carnal de su nueva compañía, 10 años mayor, que se adentra más que la carne en sus vidas, como si estos fuesen los últimos días de una mortífera sentencia. Pletórica de significados en los nombres, apellidos, lugares y manifiestos, Y tu mamá también se convirtió en una película definitiva del cine mexicano, una irónica y cruda visión de los derechos humanos desde una historia juvenil que advierte la adultez para después negarse en el remedio del silencio y de la muerte inesperada ante el asombro. El viaje del desenfreno es más el viaje del descubrimiento, y el sentido de la evasión es más el viaje del conocimiento, el cambio de sistema que se avizora es un guiño histórico que no aclara el cobrizo horizonte de los protagonistas, sino que deja en ellos, tras avistar el encuentro con Lisa, la viva experiencia de la vida y sus confines.

Y tu mamá también

 

  1. GÜEROS 2015

     Güeros se sitúa entre las cuitas inciertas y las vicisitudes del cambio de siglo, justo medio del manifiesto estudiantil que hiciera de los años 1999 y 2000, años clave para la comunidad universitaria mexicana; en medio de ese contexto, Alonzo Ruiz Palacios ambienta una historia que viajará por los procesos de búsqueda y espera que hacen de Sombra y Santos, compañeros de licenciatura, dos cómplices de una comanda. Al paso de las semanas y meses de huelga estudiantil, inmersos en los cuadrantes llenos de apartamentos destinados a estudiantes en Copilco, al sur de la Ciudad de México, ambos jóvenes reciben la visita de Tomás, hermano de Sombra, quien ha sido enviado desde Veracruz por su madre. Pero lejos de quedarse en el apartamento o de hacer de las tardes sin mucha comida o actividad un letargo, emprenden un viaje para encontrar al ídolo musical de su padre, quien se encuentra internado en un hospital.

Esa búsqueda, como un pendiente que se asume a heredad, presenta la sinergia de un viaje al que se unirá Ana, activista del movimiento estudiantil, y quien les mostrará a suerte de documentación, la forma de vida de quienes sostienen la huelga, las ideas, ideologías y premisas del movimiento, mientras la música de Epigmenio, el ídolo que hiciera memorable su actuación en el mítico Festival de Avándaro, y al que incluso llegó a reconocer Bob Dylan, confiere a la trama razones que la admiración provee al periplo. Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre e Ilse Salas protagonizan esta ópera prima que como tal recibió el Oso de Oro en la categoría del Festival de Berlín, así como fue galardona en el Festival de San Sebastián. La fuerza de la narrativa en Ruiz Palacios, se mueve con la premura de los encuentros y las razones de un momento histórico, los jóvenes no buscan aislarse de la universidad ni del movimiento, sino hallar su motivo.

Güeros

 

  1. LUZ SILENCIOSA 2007

Carlos Reygadas ya había conseguido gran reconocimiento con las cintas Japón y Batalla en el cielo, así que Luz silenciosa tendría de su lado atención de la crítica y de la audiencia, que reconoció la valía de una cinta hablada en –plautdietsch- conjunto de dialectos del bajo alemán utilizados en comunidades menonitas de varios países.

La película está filmada en el estado de Chihuahua, al norte de México, la cinta comparte la historia de las relaciones humanas que por amor, deseo o liberación o descuido, no solo irrumpen la dinámica y vínculos de una pareja,  sino la cotidianidad de un entorno, donde los dogmas y leyes capitulares de la religión y la comunidad, son violentadas por los ardores que condensan el deseo. Wall Fehr, Maria Pankrats, Miriam Toews, Peter Wall, Jacobo Klassen y Elizabeth Ferh, integran un elenco afianzado en el conocimiento vivencial de la tradición y símbolos culturales que comparte la cinta, lo cual caracteriza el cine de Reygadas, esto brinda un sentir de autenticidad para la audiencia, y que sin duda es uno de los grandes valores de esta realización ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes.

Al igual que sucede con Japón, el director apela a largas secuencias contemplativas, donde la historia se describe de forma llana, clara y sin pretensiones, las reacciones a consecuencia de los actos, no buscan a los pecados perdones ni a los errores castigos, sino que van develándose a medida que los sentires asoman. Considerada incluso por el New York Times como una de las mejores películas del siglo XXI, Luz silenciosa otorga desde su título un viso de la condición humana que perdona y enjuicia, y sin pronunciar palabras, con las actitudes y miradas, tiende a la comprensión o al prejuicio. Una aproximación a la profundidad de los vínculos sagrados de una comunidad con sus creencias, con su cultura y relación a la tierra, y a todo aquel símbolo y dogma que les une, donde el silencio es un sonido constante que les recuerda su cometido. La muerte y la resurrección se dan en la fe, y en ese caminar el amor y el deseo parecen no ir de la mano sino en su propio camino. La redención como una posibilidad latente, habitan a medida que avanzan las secuencias que parecen susurrar los devenires.

Luz Silenciosa

 

  1. YA NO ESTOY AQUÍ 2019

En Ya no estoy aquí, Fernando Frías expone la búsqueda de un lugar propio, y lo hace desde la exploración profunda de la identidad como un sendero abierto, que transita diferentes aristas de prejuicio y circunstancias de un contexto determinado que parece construirse desde indolencia que ignora y la indiferencia que no advierte la proximidad del anhelo por ser distinto y a su vez por formar parte de una comunidad que comparte sentires y olvidos.

A lo largo de secuencias vertidas en las expresiones musicales nacidas en la periferia y en el corazón mismo del urbanismo que hierve de sangre las venas, asume a través de la danza, el corte de cabello, la vestimenta, y la actitud frente a la vida que expresa a voces corales su protagonista. Ulises debe migrar por asunto del azar adverso, y en medio de una confusión que le atisba ser testigo involuntario, se ve obligado a huir en la consigna de supervivencia que, como ironía del cadalso, también implica a su propia cultura, esa que él representa a unicidad de un grito contenido.

Ulises no solo debe irse de su territorio porque la amenaza reside en quien le persigue, debe irse porque las respuestas no aparecen a las cuestiones que el lugar le ha hecho a constante marginación u obcecación de no aceptar lo que semejamos distinto. Monterrey como palestra de las luchas violentas y de las armas que laceran como lacera el prejuicio, Frías presenta una vívida postal documental en la fotografía de Damián García, cuya magnífica ambientación hace del vestuario de Magdalena de la Riva y Gabriela Fernández, una estampa referente que le permite a la audiencia llenarse del espacio que Ulises cavila.

Nominada a Premio Goya y ganadora del Festival de Cine de Morelia y del premio Ariel a Mejor Película, Ya no estoy aquí es una de las mejores cintas mexicanas de los últimos años, y deja en rueca reflexiva, la diferencia que aún permea en México, y que no permite vernos como uno siendo distintos, haciendo del diálogo, la inclusión y la empatía, un pendiente, una suerte de promesa, una utopía.

Ya no estoy aquí

 

  1. ROMA 2018

En Roma, Alfonso Cuarón versa temáticas contemplativas, procedidas de acciones que dan cauce a un proceso narrativo donde confluyen supervivencia y destino, cada cuadro parece dibujarse con la tensión permanente entre el personaje y su acontecer, compleja realización de una historia íntima que retrata prejuicios de clase y describe posicionamientos políticos que, de forma indirecta, coinciden con la historia de un país que lo mismo parece avanzar y retroceder con los años.

Roma, describe movimientos sociales derivados de la trágica gresca estudiantil de finales de los años setenta, el México urbano, las guerrillas ocultas y expresas, así como los grupos paramilitares insertos en el decenio populista que iniciaba, la violencia contra la mujer, y el sitio que laboralmente han tenido las trabajadoras del hogar, especialmente quienes laboran en contrato, lo cual abonó en la difusión de la cinta a su actual lucha.

La reacción de la audiencia fue aprobatoria, la crítica la catalogó como una de las mejores películas de la década, recibiendo estatuillas en los premios BAFTA, Globo de Oro, así como varios premios Óscar en las categorías de Mejor Director, Fotografía y Película Extranjera, primera película en recibirlo en el canon del cine mexicano. Aunque para algunos cinéfilos y críticos el impacto de la cinta fue sobredimensionado, lo cierto es que el impacto de la película fue global, y posicionó el camino al devenir de películas producidas por la plataforma Netflix en su sendero por obtener premios en la industria, a pesar de una distribución solo simbólica en los las salas de cine.

Así el director ofrece una suerte de autoficción, ahondando en los recuerdos de su infancia,  recorre las calles, parques, esquinas y edificios, posa su película en el banco y negro evocador de la nostalgia y provocador de un entorno social que bien podría incluir los tintes rojos de su tiempo. De ahí que la referencia desde el realismo social que aborda el director, me pareció por demás destacable al reflejo de quien habita un hogar a salario, el testimonio de quien migra por el estipendio, y que al tiempo que pasan sus días en casa ajena, limpiando lo que no es ni será suyo más allá de sus propias emociones, vive el amor, el desamor y los sueños. Los sucesos históricos desde su vivencia y el colectivo que la implica, la mirada de Cleo representa una invisibilidad que se hace visible desde el otro lado de una misma historia.

Políticamente es un repaso que no esconde y expone dolorosos sucesos armados que entre movimientos estudiantiles y guerrillas alternas siguen mismas tendencias y vicios, populismo, dictaduras, desigualdad de crecimiento, monopolios, la incertidumbre anclada en la mirada de una mujer y su oficio, de una familia y su conclusión, del amor con todo y su engaño, con todo y su ilusión, de una realidad, sus desencuentros, sus promesas.

Roma, tal como comenté en el apartado dedicado a La nana, aborda un tema muy especial para mí, no sólo por el afecto hacia la zona habitacional que le intitula en la Ciudad de México, sino también por los tópicos que resguardan sus andares, y por la cercanía que tuve con mujeres trabajadoras del hogar en su lucha por sus derechos humanos y laborales cuando realizamos Día de descanso, de hecho Marcelina Bautista, quien narra el documental, presentó Roma en México, y aunque la película no aborda de suyo ni a fondo el tema, le permitió tener mayor notoriedad a su lucha.

Roma

  1. EL LABERINTO DEL FAUNO 2006

Obra maestra de la primera década del siglo XXI, El Laberinto del Fauno alcanzo un reconocimiento casi unánime desde su realización, recibió el Premio BAFTA a Mejor Película No Inglesa y fue nominada a Mejor Película Extranjera en los premios Óscar representando a México, incluyendo sendos galardones para artistas mexicanos como Eugenio Caballero en arte y Guillermo Navarro en fotografía. Guillermo del Toro, haría de la cinta, ambientada en la Guerra Civil Española, su vuelta al cine latinoamericano. Ivana Baquero, Sergi López, y Maribel Verdú, ofrecen un trinomio de extraordinarias actuaciones que generan lo mismo empatía que repulsión, atendiendo a las intenciones de sus motivos.

 

Guillermo del Toro se adentra en la estructura narrativa en dos planos,  que aunada a su trama emocional, presenta la crítica y la denuncia de la guerra pero rebasa el presupuesto histórico para delatar el abuso femenino, el abuso infantil, la ambición, la tragedia de las luchas fratricidas, las consecuencias de los conflictos entre bandos, la no victoria en la guerra y la imaginación como un escape de la realidad.

 

La banda sonora de Javier Navarrete, melancólica y sentida, modera los meandros que explora por los confines de la fantasía que sigue su paso entre las persecuciones republicanas por el franquismo que extermina los últimos suspiros de sublevaciones, y su nueva vida de Ofelia, la protagonista, en un poblado norteño de España. El portal, elemento indispensable en el imaginario de del Toro, permitirá que Ofelia de sentido a los cuentos que le apasionan y acuda vivir su propia fábula de seres mágicos que acuerdan el anhelo de habitar el mundo de los humanos. Cuando ella quiere habitar el mundo de la fantasía, esa fábula presenta angustia, dolor y esperanza. Ofelia bajo la cueva de la curiosidad encuentra un Fauno que será su puente con el mundo de las hadas, la magia, la inmortalidad y la muerte de su padre, y en la ilusión por habitar ese lugar de encuentro, accede a la tercia de pruebas que le solicita el Fauno, interpretado por Doug Jones en una coreográfica actuación sinfónica de quien será a la postre el actor fetiche de del Toro como Andy Serkis lo es para Peter Jackson.

 

Cada una de las pruebas conjuga riesgo como riesgo que clandestinamente corren al armar a la resistencia sus conocidos, quienes después serán una especie de amigos al exilio de la rebeldía. Y mientras el resistir es un elemento de resiliencia, la madre de Ofelia vive su propio rosario de dolores al estar embarazada del Capitán y no valer para él nada más que el vientre donde se anida el bebé que viene en camino. Es la maldad del Capitán un elemento revulsivo en la percepción de Ofelia, que contrasta con su inocencia, bondad e ilusiones; y es la tiranía de su causa beligerante la que contrasta con los anhelos de libertad de los republicanos.

 

Dos dimensiones, desenlaces, la vida y la muerte son las únicas posibilidades determinadas por la guerra, que conforma un ambiente de árboles, llanuras y nubes oscuras de soles donde Ofelia busca la vida al procurarla en el cuidado de una raíz de mandrágora que semeja su cura. Todos los elementos que dan forma al cine de Guillermo del Toro aparecen el Laberinto del Fauno, el relato que une fantasía realidad, historia y leyenda, la cueva de Platón, los laberintos de Borges, sus entradas y sus salidas, los insectos y los monstruos, la naturaleza y el artificio, el fauno y el jengibre, las hadas y los portales que separan dos mundos y los unen, así, tal como sucede con los seres humanos y sus ideologías, tal y como el mundo de la realidad imagina portales que hacen posible la realización de los sueños.

 

Del Toro, dirigirá La forma del agua, cinta que le dará el Óscar a Mejor Director y Película, una trama que por igual combina la fantasía con los anhelo desde la realidad que tienen sus protagonistas, la libertad que no existe, las angustias de la vida, los conflictos bélicos como corolario, y la plástica de la belleza vertida en la percepción, también forman parte de esa entrega, sin embargo, a mi consideración, El laberinto del fauno brinda una mejor aproximación al cine del director mexicano.

 

  1. LA CAMARISTA 2019

      La camarista es una de las mejores películas que el cine mexicano ha entregado en recientes años, y acorde a la experiencia que he tenido respecto a la lucha de las mujeres trabajadoras del hogar por sus derechos humanos y laborales, es la que mejor explora el tema. Años después de haber filmado el documental Día de descanso, tuve ocasión de ver esta estupenda cinta dirigida por Lila Avilés, había ya conocido otras propuestas como Hilda y Roma, pero en La camarista, encontré una aproximación de la trabajadora del hogar desde una perspectiva aspiracional, que dista de la resignación y el hastío, una honesta, sincera y realista historia de vida que no se ancla en el trabajo que realiza su protagonista, sino que se anida en el ser humano, en la mujer, de ahí su valía existencial, de quienes busca un sitio donde parece no tendrá oportunidad de hallarlo, o que al no encontrarlo, deberá hacerse un sitio. Protagonizada por Gabriela Cartol, Agustina Quinci y Teresa Sánchez, La camarista se narra desde el trabajo de quien a conserje labor, asea las habitaciones y pasillos de un hotel en la Ciudad de México, pero que, más allá de las vicisitudes, anhela estudiar, y hacerse de ese espacio propio.

 

Con la bella fotografía orquestada por Carlos Rossini, la cinta retrata la desigualdad, la inequidad y la ironía de los espacios que a lujo y pobreza, que a riqueza y miseria, que a paz e incertidumbre, se habita en los espacios cubiertos de vacilación y expectativa. Eve, protagonista de una voz coral,  adusta la monotonía y la cotidianidad de los días que semejan ser largos a medida que las horas de trabajo se abrigan en las cansadas manos. Los significados de una mejor vida, se describen más allá de los salarios, del dinero o de los bienes materiales que le permiten acequiarse, el significado de una mejor vida reside en la dignidad de su trabajo, de vivir la vida y sentirse parte, de saber y saberse, de anhelar, y en la vía de los anhelos, es donde Avilés apuntala con maestría la resolución de una historia por demás universal.

La camarista

                                                                    

  1. AMORES PERROS 2000

Fue justo en el año 2000, en pleno cambio de siglo y milenio, entre los blockbusters y las cintas de autor orientadas a festivales, en la exploración que agonizaba en la posmodernidad con sus matices eclécticos, fragmentarios y contraculturales, Amores Perros irrumpió el escenario fílmico como un torbellino. Locutor, publicista, y director del experimento televisivo Detrás del dinero, con Miguel Bosé en su elenco, Alejandro González Iñárritu aguardó cinco años tras su primera incursión como director para hacer su debut con una de las mejores óperas primas del cine mexicano, equiparable a Tiempo de morir con Arturo Ripstein.

Amores Perros, es una extraordinaria aproximación a las relaciones humanas desde los instintos, a la violencia depositada en los sentimientos cuando son viscerales más que sentidos, aducida por la pelea de perros como significado de la reacción irracional del ímpetu. La película converge su trama unida por un accidente de tráfico que funge como palestra para la resolución de conflictos en sus personajes, Octavio y Susana, Daniel y Valeria, así como El chivo y Maru, son las tres historias que comulgan espacio y tiempo para derivar sus pasados y presentes dejados a vera de la audiencia. Gael García Bernal, Adriana Barraza, Emilio Echavarría, Jorge Salinas y Vanessa Bauche, integran el elenco de esta película fundamental del cine mexicano del nuevo milenio. Amores perros, epítome sumario de la relación director-autor que Iñárritu consolidó con el guionista Guillermo Arriaga, alcanzando nominaciones al Globo de oro y al premio BAFTA, antes de competir por el premio Óscar. Amores perros rompió un hiato de 25 años para México sin ser nominado en lo colectivo al Premio de la Academia, y la atención hacia el cine nacional y sus histriones fue notorio.

Amores Perros

 

  1. EL VIOLIN 2005

Ángel Tavira, Dagoberto Gama y Gerardo Taracena, encabeza el elenco de una ópera prima extraordinaria que desde su estreno tuvo un gran impacto social y en la industria cinematográfica con grandes reconocimientos, destacando el premio a Mejor Actor para Ángel Tavira en el Festival de Cine de Cannes. El violín es un vestigio vivo del cine que aborda el documental que sin tiempo versa atemporal las páginas de la historia y que puede ubicarse en el contexto de países diversos, su poesía es música y es vida, interpretada por el maestro Ángel Tavira, quien con una sola mano y apoyando su arte al hombro, hace de cada melodía el deleite músical y el profundo dolor del caso que interpreta, la trama de una película aguda y crítica que se desborda como torrente en la denuncia, en el testimonio, en la memoria.

Don Plutarco, interpretado por Tavira, es en sí mismo una historia aparte, en la vida real era un talentoso músico y compositor, poeta y juglar del son calentano, en la denominada “Tierra Caliente”, que acompases, síncopas y contratiempos brindaba su arte al folklore arraigado entre los estados de Michoacán y Guerrero. Don Plutarco también era profesor rural, e incluso a los sesenta años se inscribió en el Conservatorio de música de Morelia. Su personaje, Plutarco, se ve inmerso en -la Guerra Sucia- acontecida en México, su hijo Genaro y su nieto Lucio, libran la vida entre el campo y la guerrilla hasta ser descubiertos, por tal deben esconder sus armas, para lo cual recurren a Don Plutarco, quien hace de “mula” para trasportar las armas escondidas en su violín. Pero la trama cautiva desde el arte mismo, ya que el único modo de supervivencia que tendrán será la voz de su violín que cautiva al capitán militar y que le permite tanto llevar las armas de un lado a otro como sobrevivir hasta que la música, como el mismo enuncia, viva o muera, inicie, dure o termine su ritmo. El violín destaca por su magnífica dirección, actuaciones sumamente realistas, su fotografía en blanco y negro superlativa y la banda sonora que tiene el mismo poder de los diálogos. El instrumento como arte y como idioma, hace recurso de la cultura expresada en la tradición del son unido a la tierra, defensa de ideologías, acción represora, grupos armados, populismos políticos, milicias y un violinista que ama con su vida con la dignidad que interpreta su música.

El violin

 

 

Ivá

Iván Uriel

Iván Uriel Atanacio Medellín  | elsurconovela | México Escritor y documentalista. Considerado uno de los principales exponentes de la literatura testimonial en lengua hispana. Sus novelas El Surco, El Ítamo y El Muro, que abordan la migración universal, han sido estudiadas en diversas universidades a nivel internacional. Dirigió los documentales La Voz Humana y Día de Descanso. Es Director Editorial de Filmakersmovie.com

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