Monsieur Lazhar | Dir: Philippe Falardeau
Por: Daniel Vivanco
Llegué a esta película sólo por el título, sin saber nada más. Siempre he tenido la extraña sensación de que si un filme tiene en su título el nombre del protagonista debe ser buena. En este caso fue así.
Creo que es interesante tomar este largo como un ejemplo para muchos cineastas que tratamos de iniciarnos en la creación de películas.
En “Monsieur Lazhar” podemos encontrar muchos de los elementos que pueden enmarcarse en lo que identifico como el cine independiente, y creo que es interesante comentarlos a modo de reflexión.
Como siempre destaca de inmediato la historia. Ante toda apreciación estética o técnica, siempre nos cautiva el relato y por lo tanto los personajes. Muchas veces me he sentido tentado a la experimentación estética más que al trabajo de personajes e historias, lo cual puede ser extraordinario e incluso sostener un largometraje completo, pero por lo general no es así. En la historia se encuentra concentrado lo que queremos decir y suele pasarse por alto en muchos creadores (entre los que me incluyo).
Para esa buena historia no necesitamos excesos. Y con esto me refiero no solo a la pirotecnia típica de las películas “clase A”, si no que a las escenas morbosas, lo sórdido, la violencia, etc. Muchas veces se recurre a esto en las películas de bajo presupuesto para poder generar un impacto y la verdad es que de esa forma no nos diferenciamos de un triste programa de farándula. En “Monsieur Lazhar” no hay excesos, no hay una gran escena final, no hay una gran discusión con frases perfectas, ni si quiera un gran conflicto, más bien nos encontramos con una profunda indagación de los sentimientos humanos, una exploración simple, sensible y conmovedora.
En cuanto a la parte técnica todo está perfectamente ejecutado, pero nada es pretencioso. La técnica se pone al servicio de la historia, de los detalles, de un gesto, no hay nada que nos distraiga de la relación que establecemos con los personajes. Y me gustaría ahondar un poco en esto, los personajes y las actuaciones.
Cuando has superado o asumido que las intenciones estéticas en tu película no son tan relevantes, se produce un cierto fenómeno de liberación, puedes concentrarte en otros aspectos que, para lo que queremos contar, parecen ser mucho más importantes. Las actuaciones en este filme son preciosas. Partiendo por la extraordinaria entrega de Mohamed Fellag, contenida y llena de emociones internas que afloran en sus expresivos ojos. Y para que hablar de los niños… qué difícil debe ser encontrar talentos tan notables como el de los infantes de este largo. Algunos de los momentos más emotivos están en sus actuaciones.
“Monsieur Lazhar” fue una gran enseñanza. Me recordó una de las razones por las que me enamoré de este arte. Me llevó de vuelta a ese día que tuve la suerte de ver en el cine “La celebración” de Thomas Vinterberg, cuando supe que quería hacer esto por el resto de mis días.
Por supuesto son películas diametralmente distintas, pero que en el fondo comparten una esencia común. Es como si algo del alma humana hubiese quedado plasmado en la cinta, como un mensaje, como un testimonio de que se logró encontrar algo verdadero.
Daniel Vivanco | IMDb | www.fracfilmes.cl | @DanielVivancoY vivancoyudin@gmail.com | Chile
Daniel Vivanco nace en Santiago de Chile el año 1980. Estudia periodismo en la Universidad Diego Portales, en paralelo estudia dos años de literatura, finalmente una vez egresado decide enfocarse en lo audiovisual y estudia realización audiovisual en la escuela de cine de chile, donde se especializa como director de fotografía. Actualmente se radica en la ciudad de Pitrufquén, en el sur de Chile, donde es director de la empresa FRACFILMES con la cual ha realizado largometrajes y documentales.