El JOKER y los claroscuros de la realidad

Por: Iván Uriel Atanacio Medellín

César Romero en Batman, la célebre serie televisiva de los años sesenta, Jack Nicholson en la icónica cinta de Tim Burton, Jared Leto en la malograda Escuadron suicida de David Ayer, y Heath Ledger en la obra maestra de Christopher Nolan El caballero de la noche, interpretaron al mismo villano: el guasón. En su mayoría, los actores ofrecieron grandes actuaciones, algunas rayaron en ser extraordinarias, y acorde al perfil de sus misivas, legaron de forma continua un alto nivel de exigencia para quien osara ataviarse el atuendo y maquillaje de su irónico carisma, o habitar los recovecos de su mente, una nueva interpretación significara un atrevimiento, más aún si el villano deja de ser un personaje de reparto y se convierte en el personaje central. Joaquin Phoenix fue elegido para protagonizar una nueva entrega, a salvedad de convertirla en profunda exploración de los conflictos, causas, contextos y entornos del personaje, su lado humano, físico, psicológico, destacando así las motivaciones de su interior, y las condiciones sociales que desatan su dualidad cómica y dramática, lágrimas y sonrisas convierten al personaje en un auténtico reto interpretativo.

Phillips, conocido por sus comedias hilarantes, algunas sendos éxitos taquilleros de la primera década del siglo, Aquellos viejos tiempos, ¿Qué pasó ayer?, fue seleccionado para encabezar este ambicioso proyecto que buscó dar seriedad a los universos separados y compartidos de DC Comics, que han navegado entre éxitos moderados y críticas de la audiencia, uno de los objetivos era brindar la profundidad narrativa que tuvieron las primeras entregas de Christopher Nolan sobre Batman, y que incluyó la actuación monumental -ganadora del Óscar- de Heath Ledger como el guasón. En un papel que recuerda El rey de la comedia de Martin Scorsese (quien participó en el proyecto) Robert de Niro, acompaña a Phoenix junto a Frances Conroy entre otros, en este viaje pletórico de significados, una profunda introspección que hace de la actuación de Joaquin Phoenix, una proeza de extraordinaria valía interpretativa, que bien podría darle al personaje un segundo premio de la Academia, encarnado por otro intérprete y en la categoría de Mejor actor.

Estrenada en el Festival de Cine de Venecia, y ganadora del León de oro, Guasón recibió críticas por demás favorables y aplausos interminables de la audiencia, ambientada en los albores de los años ochenta, la película explora la frustración y el anhelo como una constante dualidad, la sorna, la ira, la furia que se contiene ante el rechazo, la discriminación, la incomprensión, y la ley ausente ante una sociedad que parece no detenerse ni mirar a quien avista, dejando al personaje en la construcción de su propio espacio, en el cual puedan encajar su intempestiva risa y su visión del mundo. Phoenix encarna al comediante Arthur Fleck, quien de la comedia fallida vira hacia el crimen, el caos y la anarquía en Ciudad Gótica.

Y en esa perturbadora fórmula, confronta presupuestos sociales y la doble moral de la justicia, haciendo de sus acciones actos de protesta o desahogo, atendiendo al ausente apego, y a las marcas que prosiguen a las cicatrices. Con Guasón, Joaquin Phoenix corona el punto más álgido de su carrera, y lo hace junto a su director y personaje, alcanzando una epifanía en la realización artística del equipo; es probable que la película sea rebasada en su estructura narrativa y dirección por la interpretación de Phoenix, algunas críticas así lo sugieren, lo cierto es que una película de crítica social con alcances comerciales y artísticos, abre siempre el ámpula de una sociedad, que sumergida en la derivación decadente o en la indolencia hacia el otro, cavile reflejarse ante el espejo de la incomprensión o de la inclusión como punto de escape,  de ahí que la empatía hacia el personaje sea siempre recurrente con cada interpretación.

Desde que El caballero de la noche irrumpiera a finales de la década pasada, decenas de películas de súper héroes han abarrotado la taquilla, los universos Marvel-Disney, Fox, ahora Disney, y DC Comics tratan de ofrecer sus alternativas, y aunque algunas cintas rompen records y capturan sumas estratosféricas -valga revisar la taquilla obtenida por Los Vengadores, el juego final– ninguna de ellas sea por efectos visuales, actuaciones atractivas o estrategias de marketing, ha tenido el recibimiento de crítica que obtuvo la trilogía de Nolan. Resulta por demás interesante que la atención que aguardó el estreno de Guasón, sin aspiración de romper records taquilleros, sea por lo mismo que aquella cinta esperaba, admirar la actuación de un actor a tope, haciendo a un villano complejo, el mismo que ahora Phoenix encarna con éxito.

Con once nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo las categorías a Mejor película, Mejor Actor y Mejor Director, el resultado fue un sonoro éxito rutilante, más de un billón de dólares en la taquilla internacional, el unánime reconocimiento para Phoenix, y blasones al atrevimiento de Todd Phillips, Joker se adentra en el público desde su inicio y transita recónditos dejos, laberintos y espirales de la mente mientras sostiene una aguda crítica político social, a medida que avanza, la música demarcan los sentidos como compañía omnipresente, el personaje se transforma en lo que no era, y el héroe es un villano para el que siempre ha sido, ese reflejo de los abandonados, abatidos y discriminados de un sistema que se corrompe ante sus ojos, ante la forma en que le observan, atacan, burlan o ignoran, la realidad se figura en su risa como un espejo fragmentado, de ahí que la carcajada es desahogo, un grito desde dentro hacia la alteridad culpable, inocente, ignorante o consciente que le convoca. Todd Phillips ha creado una película que parece un lienzo de la post posmodernidad, que dentro de lo que se cree ha sido resuelto, se anidan el caos, el desorden o el ansia de una libertad emancipadora de simulaciones, más allá de posicionamientos políticos, la cinta pudiera explorar la dependencia exacerbada que la sociedad a nivel individual y colectivo, tiene respecto a la tecnología, las redes sociales, y el alejamiento de nuestro yo social.

 

Iván Uriel Atanacio Medellín  | elsurconovela | México

Escritor y documentalista. Considerado uno de los principales exponentes de la literatura testimonial en lengua hispana. Sus novelas “El Surco” y “El Ítamo” que abordan la migración universal, han sido estudiadas en diversas universidades alrededor del mundo.  Dirigió “La Voz Humana” y “Día de Descanso”. Columnista en Pijama Surf, es Director Editorial  y Fundador de Filmakersmovie.com

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